miércoles, 31 de octubre de 2012

Last breath before coma




Creo que me estoy enamorando.

Sabía que venía a librar una guerra, a meterme a solas en el bosque, a mirar a la cara a los demonios, a gritar febril al viento bajo cero. Y sabía que ese día llegaría.

Hoy nos hemos visto por primera vez, al menos como nunca lo habíamos hecho antes. Suponía que un día se presentaría aquí, por sorpresa, pero he de reconocer que no esperaba verla tan pronto. Sin avisar, ha aparecido ante mí, solemne, elegante, dejándose ver con ese aire afrancesado, como su nombre. Estaba preciosa.

Yo tampoco me he escondido. ¿Para qué? Tenía ganas de afrontar el momento, así que hemos buscado un lugar público donde estar a solas y nos hemos mirado a los ojos. El primer abrazo lo ha dicho todo.

Apenas hemos hablado. Pero sé que está dispuesta a que desate sobre ella toda mi furia, a que me vacíe por completo hasta caer exhausto. Esa sería su victoria.
Sé que sabe que necesito esa muerte: desplomarme sobre la nieve y permanecer oculto hasta el deshielo.

He esperado mucho este momento. Toda esta tregua de silencio que ambos hemos respetado se ha hecho eterna, pero era necesaria. Y ahora que nos tenemos frente a frente, de esta manera tan suya, entiendo que viene a por mí a cualquier precio.

Sabe que un día estallaré, lo tiene asumido y no le importa. La noto cambiada, como más pura y sabia. Pero hoy no. Hoy no voy a hacerlo. Al menos no esta noche. Hoy me entrego al júbilo de este momento tan deseado, tan nuestro.

Sé que no es fácil de entender, pero estoy tan rabiosamente feliz de saber que ha llegado el momento de luchar hasta matarme y enterrarla, que la alegría me invade y me supera y me lleva a un estado de plenitud que ni quiero ni soy capaz de contener, y me doy a su dulzura y a su melodía, y bailo por las aceras y mientras espero que llegue el tren a Lucerna.

Y es que ya todo está dispuesto. Seré yo quien dé el primer paso y me lance desnudo al encuentro.

Nos conocemos demasiado. No ha hecho falta ni una palabra para entendernos. Viene a la paz o a la guerra, lo que suceda tan solo depende de mí, sabiéndose vencedora sólo en el caso de que sea yo quien lo haga. No viene a medias, ni con excusas ni reproches. Ya no.

Entiendo ahora sus guerras. Entiendo a su vez su paz. Entiendo su soledad y su belleza. Viene a tenderme la mano y llevarme consigo, como todos aquellos que han osado a mirarle desnudos de frente.

Y en medio de esta alegría, ya puede empezar la primera batalla. De algún modo los dos nos sabemos vencedores de antemano. ¿Quién sabe? Quizás este sea el comienzo de una amistad imposible. O, quizás, tan solo me esté enamorando.


domingo, 7 de octubre de 2012

Neix el món dintre l'ull

Potser ens hauríem de preocupar.
Permetem que totes les coses que hauríem d' haver resolt
no les hem resolt encara.

Poc a poc se'ns ha anat acumulant la feina i tot està per fer.

I les promeses, sobretot les que mai ens vam dir,
de tant secretes, de tant callades, encara s'han de complir,
si és que s'han de complir algun dia.

Que mai hem plantat cara els nostres somnis
però tampoc als problemes que arrosseguem de fà temps.

Què volem ser, què volem dir, qui volem ser?

Si ho tenim clar, com ho hauríem de fer?
Amb qui podríem comptar? Comptes amb mi? Compto amb tu?

Sí, potser ens hauríem de preocupar...

(Mishima)